“El lenguaje es un cincel para esculpir, con buenas dosis de ficción, nuestro relato autobiográfico” Mariano Sigman
Descanso. El cansancio afecta mis emociones. Tengo que encontrar palabras nuevas para esos estados de ánimo, darles nuevos significados. No tengo por qué usar los significados actuales ni las palabras actuales. La película es mía, la novela es mía y yo escribo lo que quiero. Intento tomar el control de mis relatos. “a veces es necesario que nos alienten a que cambiemos nuestras ideas”, es como cambiar de ropa para sentirte mejor, pero con un poder mucho mayor que la ropa. La ropa es pasajera, «el lenguaje crea realidades» como decía Humberto Maturana.
Debo estar atento a quien toma el control de mis relatos día a día. No es responsabilidad de esa persona o de esas noticias tomar el control, es tu responsabilidad dejar que eso no pase. Escribe tu relato, limpia tu relato, vuelve a tu centro y no dejes que alguien escriba en tu mente.
En el libro de Mario Vargas Llosa., Tiempos Recios, conocemos como los relatos que crearon Samuel Zemurray (https://es.wikipedia.org/wiki/Samuel_Zemurray) y Edward Bernays (https://es.wikipedia.org/wiki/Edward_Bernays), influyeron en la opinión norteamericana para desestabilizar a los gobiernos de Honduras, Guatemala y otros de Centroamérica, para que la United Fruit pudiera seguir haciendo negocios sin pagar impuestos. Controlando los puertos, vías de ferrocarril y otros activos estratégicos de esos países. Instigaron golpes de estado poniendo a generales a cargo de los gobiernos de esos países. Gobiernos títeres. Para todo esto necesitaban el apoyo de la opinión pública y los políticos norteamericanos. Acá entra Bernays que creó toda una industria basada en las relaciones públicas de las empresas. La fórmula es clara: Crea un relato –> repítelo una y otra vez –> inyéctalo en la mente de las personas –> toma el control de las personas. Suena maquiavélico, pero cuando pienso y analizo, la mayoría de las acciones que ejecutamos en nuestras vidas están guiadas por relatos que alguien creó en algún momento. Desde
Pensamos que somos libres, pensamos que actuamos libremente y que vivimos en países libres y democráticos. Estudiando todo esto te das cuenta que todo es parte de un plan articulado por otros. Cada relato tiene un articulador que nunca ves, todo viene de mucho tiempo atrás.
¿Crees que decides lo que realmente quieres hacer?
O ¿haces lo que antes alguien pensó para ti y que como resultado de capas de acciones logras ver finalmente en tu vida?
Debajo de todo lo que ves. De todo lo que se mueve en tu mundo, desde que naciste y comenzaste a vivir en sociedad, consciente o inconsciente, todo lo que ocurre y que es visible, es el resultado de capas invisibles de movimientos pensados y articulados por personas que no ves. Nunca aparecen manifestadas directamente, solo vemos el resultado de sus acciones en la tercera o cuarta derivada. Entonces, ¿crees que actúas libremente?
La verdad, eres el eslabón resultante de una cadena que se gestó mucho antes. Despierta !!! Toma el control de tu conciencia, mira los eslabones de las cadenas que te componen. Descompón tus cadenas en los componentes estructurales, mira de dónde vienen, toma conciencia de todos los que los contaminan y los impulsan. Limpia las energías que los mueven.
Descubre los relatos primitivos, descubre el creador de cada relato y descubre la lucha de esos relatos primitivos. Descubre los soldados de cada relato y trata de entender sus movimientos. Cuando veas la energía que hay detrás, podrás tomar el hilo para retroceder en el tiempo y ver cómo llegar al origen para limpiarlo todo, para transformarte en creador.
¿Cuánto de lo que recuerdas realmente ocurrió así como lo recuerdas?.
Tienes el poder de cambiar tus recuerdos, así armas el relato que quieras creerte, la memoria que quieras continuar. Entras en conflicto con las memorias de otras personas. No incluyo acá a los animales, porque no te puedes sentar con ellos a discutir cuál de los relatos y memorias es más cercano a lo “real”. Solo puedes hacerlo con los otros seres que tienen corteza frontal. Ellos recuerdan y te pueden discutir o aceptar el recuerdo. Ahí está el poder de los relatos, al repetidos una y otra vez te los crees. La mayoría de las veces ni siquiera los has vivido, pero los crees como si hubiesen de verdad existido. A diferencia de los otros animales sin la corteza frontal, que viven solo para vivir y cumplir lo que su ADN les dicta, nosotros los “seres frontales” vivimos guiados por nuestro ADN, pero además guíados por los relatos que nos contamos. Los seres afrontales no tienen relatos, tu gato te ronronea porque esa instrucción es parte de su ADN, no porque tiene un relato que le indica ronronear cuando lo acaricias. Y el regalo más bello que pudimos recibir como seres del universo, la capacidad de crear y creernos los relatos, es a su vez el peso que nos causa ansiedad, miedo, rabia y muchas otras malas energías del alma.
Los relatos en nuestras decisiones y acciones.
Nuestras decisiones, esas que se transforman en acciones, son eslabones benditos, son eslabones infinitos que afectarán todo lo que continua de ahora en adelante en el flujo de la vida. Las historias futuras en las que participará ese eslabón no las puedes controlar, lo que puedes controlar es la energía y la intención que aplicaste a esa acción en el momento presente. De ahí en adelante, ese eslabón comenzará un viaje por el cosmos que difícilmente puedes volver a afectar tan profundamente como lo pudiste hacer en el momento de ejecutar la acción. Esta es la razón por la que tomar conciencia de todas tus acciones, por pequeñas que te parezcan, es el trabajo del que nos tenemos que hacer cargo como seres humanos.
Esta conciencia es un poder de luz que algunos usan para el bien y otros usan para el mal. A la conciencia se llega a través de los relatos y los relatos se afianzan en tu mente a través de las historias. Las historias y los relatos le dan certeza y tranquilidad a tu mente. La enmarcan en un terreno conocido dentro de un cosmos infinitamente desconocido. El descomponer esas historias, esos relatos, el entender de donde vienen, de donde se están generando, es la tarea fundamental de tu existencia. Toma el control de tus relatos. Las religiones que hoy gobiernan el alma de la mayoría de las personas en el mundo han entendido bien esto. El contar historias, el crear relatos es una piedra fundamental de su poder.
Es por esta razón que hoy asistimos a las luchas de poder por imponer las historias de cada bando, para luego tomar el control de las personas que les ayuden a los gobernantes a resguardar el poder económico que les permita seguir perpetuando sus historias y certezas. No es amor por el relato que se inventaron, si no que es amor al poder que les otorga ese relato para utilizar a las personas como soldados dispuestos a defender los recursos que esa posición de dominio les otorga.
Los virus de nuestros realtos
El virus de TikTok ya se incubó en nuestra mente y nuestra mente comienza a convencerse de los relatos que los mini videos nos entregaron, de esta forma estos relatos afectan a nuestros sentimientos, los sentimientos de las personas que nos rodean y en consecuencia al sistema al que pertenecemos. El poder de estas plataformas y la importancia estratégica para los líderes de los sistemas políticos y empresariales, queda de manifiesto en nuestra era. Para Elon Musk tomar el control de Twitter es un arma fundamental para estar en las conversaciones del planeta, las conversaciones que crean relatos y los relatos que refuerzan uno u otro sistema. Mark Zuckerberg por otro lado refuerza su apuesta para crear nuevos universos que permitan a las personas abrir nuevas conversaciones en mundos inmersivos de realidad virtual. Para él, tener el control de estos mundos le da el poder que hoy tiene con Facebook, Instagram y WhatsApp de estar omnipresente en nuestros relatos.
Gabriel Mistral, un relato maestro
Termino esta reflexión hoy, día del nacimiento de la poetisa chilena Gabriela Mistral, premio Nobel de Literatura en 1945. Ella es un gran ejemplo del poder que tienen los relatos en nuestras vidas. Cuando comenzó a ir al colegio, la directora diagnosticó para ella retraso mental, lo que provocó momentos de gran humillación en sus primeros años de vida. Sin embargo, gracias su hermana que le enseñó a leer en la casa y su energía personal, salió adelante, creó un relato de su vida, un relato que la protegió de las burlas y los diagnósticos de los «expertos», un relato que la transformó en el ejemplo que es hoy para muchos de nosotros.
No dejes que los expertos guíen tu vida. Esta película es corta, esta película es tuya, disfrútala con tus historias, has que sea una obra maestra… 🙂